La retina es una membrana
sensible a la luz que está situada en la superficie interna de la zona
posterior del ojo, y que cuenta con una gran cantidad de vasos sanguíneos que
la nutren con sangre y oxígeno. El centro de la retina se denomina mácula,
reúne la mayor densidad de nervios sensibles a la luz, y gracias a ella nuestra
visión es más nítida y detallada. La córnea y el cristalino se encargan de
concentrar la luz sobre la retina, y el nervio óptico, por su parte, capta las
señales de luz y las transmite al cerebro, donde se interpretan como imágenes
visuales.
Cuando la mácula, el área central
y más importante de la retina, se deteriora, se produce una enfermedad conocida
como degeneración macular, que se caracteriza por una disminución progresiva de
la agudeza visual, discromatopsia (alteración en la percepción de los colores),
metamorfopsia (distorsión visual cuyo síntoma básico es la percepción de las
líneas torcidas y los objetos más pequeños o grandes de lo que realmente son), y
sensación de deslumbramiento ante estímulos luminosos. Sin embargo, la visión
periférica y la capacidad para distinguir los colores no se ven afectadas.
Fuente:
http://www.dmedicina.com/enfermedades/oftalmologicas/actualidad/degeneracion-macular-vision-alterada
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http://www.dmedicina.com/enfermedades/oftalmologicas/actualidad/degeneracion-macular-vision-alterada
Para evitar cualquier enfermedad a la vista, se debe acudir regularmente al oftalmólogo, se debe solicitar un despistaje general como forma de prevención y cuidado.
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